La Bellaca , noticias Martes, 2 mayo 2017

Las recetas de las mujeres de mi vida: la papa a la huancaína de mi viejita

Paola Miglio

Periodista de comida y viajes. Frívola. Obsesiva. Ansiosa. Twitter @paolamiglio / Instagram @paola.miglio

Segundo post de esta saga que incluye las recetas de las mujeres que más han influenciado en mi cultura culinaria. Esta es la receta de la papa a la huancaína de mi mamá. Ella no cocina mucho en casa (más cocinan Auri y mi papá), pero cuando se esmera, los resultados son sobresalientes y alcanza como para 20. No miento. Su causa o sus lasagnas suelen durar hasta tres días, y no porque no las comamos, sino porque se manda con cuatro fuentes.

Una vez, cuando era chica, le dio por hacer tamales: más de 100. Ella dice que es para que no le pidamos que cocine de nuevo. Su receta de huancaína se acaba más rápido, eso sí, quizá por la facilidad de untar cualquier cosa con ella o de meter la cuchara cada vez que abrimos la refrigeradora.

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Generalmente la hace para los almuerzos familiares y, cuando ya jodemos mucho, como plato único de almuerzo. Les garantizo, es adictiva. Ah, no lleva galleta, o sea que perfecta para celíacos (en la familia hay tres, así que hay que ser considerados).

Una recomendación: a la hora de servir, no se midan, bañen generosamente las papas con la salsa y sean los más felices de este mundo.

Ingredientes

(para 6 personas, y no sobró nada)

  • 3 cabezas de cebolla rojas picadas en juliana gruesa
  • 3 ajíes amarillos, sin venas ni semillas, picados en tiras delgadas
  • 1 diente de ajo picado
  • ½ cucharadita de orégano molido
  • ½ cucharadita de palillo
  • 1 hoja de laurel
  • Aceite de girasol
  • Leche de tarro entera
  • 300 gramos de queso fresco
  • 6 papas huayro o huamantanga
  • Huevo duro
  • Aceituna negra sin pepa
  • Sal

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Preparación

  • En una sartén con abundante aceite, soasar la cebolla, el ají y el ajo junto con el orégano, el palillo, la hoja de laurel previamente lavada y sal (ojo en este paso, que la cantidad depende el queso que usen).
  • Cuando la cebolla esté transparente, el menjunje se retira del fuego y se deja enfriar. No dejar sobre la hornilla caliente porque se quema la cebolla. No olvidar sacar la hoja de laurel.
  • Cuando la mezcla está fría, licuar o procesar hasta que se convierte en una crema y luego agregar el queso fresco en trozos y chorritos de leche hasta que se alcance la textura deseada.
  • Servir sobre las papas sancochadas cortadas en rodajas. Decorar con huevo duro y aceituna.

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Paola Miglio

Periodista de comida y viajes. Frívola. Obsesiva. Ansiosa. Twitter @paolamiglio / Instagram @paola.miglio