La Bellaca Miércoles, 26 agosto 2015

Bellacada del recuerdo: Palachinke

Paola Miglio

Periodista de comida y viajes. Frívola. Obsesiva. Ansiosa. Twitter @paolamiglio / Instagram @paola.miglio

No interesa si se ha modernizado. No importa si sigue con las mismas sillas desde que abrió. Si el lugar sigue siendo desangelado. El Palachinke ha logrado mantener el tamaño y el sabor de sus panqueques desde que tengo uso de razón. Cada vez que vamos, salimos con la panza llena y el corazón contento. Es por eso que esta bellacada va en homenaje a ese local tan miraflorino al que muchos de nosotros volvemos siempre.

 

En Palachinke los panqueques se hacen a vista y paciencia de los comensales: en grandes sartenes donde se van agregando ingredientes a la masa, como el queso o lo choclitos, si es el caso del pedido. Luego se suma el resto: pueden haber champiñones, jamón, más queso, pimiento, salame, alcachofa… la imaginación no para de volar ni de recrear combinaciones. Mi favorito es el de queso, jamón y piña. Sí, traslado mi gusto pizzero al panqueque, pero esta vez en foma más cálida, porque al envolverse en la suave masa frita, los ingredientes no se enfrían, se mantienen calentitos y el queso derretido. Para acompañar, encima, esa suerte de mayonesa al ajo casi líquida que va con todos los servicios. Y ají. Nada más.

mi hawaiano

Fotos Difusión Palachinke

 

La circunferencia es grande y cuesta terminar el proyecto, pero con un poco de paciencia se logra, y además surge la posibilidad de compartir un panqueque dulce para rematar, que se arma en la mesa (por eso mejor no ir solos). ¿El mejor? No, el mejor no, ¿el favorito? Manjar con plátano y nueces. Y si se puede helado de vainilla también. Es casi un frasco entero de ese dulce espeso (no es casero, pero que importa), con trozos de plátano en rodajas y nueces en pedacitos. El helado, vainilla asumismos de D´Onofrio, nada especial, se derrite coqueto y recuerda a juegos de niños y chanchadas infantiles que compartí en familia. Sí. No son artesanos, son solo sabores de memoria que se nos quedaron grabados. Esos que cada vez que sentimos nostalgia, queremos revivir.

el de majar

Fotos Difusión Palachinke

 

Son platos grandes, a primera vista interminables, pero que se cuelan solitos y se acaban con cariño después de la siesta (porque lo que sobra, lo ponen para llevar). Ah, un detalle, los mozos deben tener años ahí, son súper amables y atentos (tomen nota que el local tiene más de 30 años). Y, como comenté arriba, si bien el lugar no tiene mucho ángel y se mantiene casi igual que cuando se inauguró, te hace sentir en casa y está bien cuidado. Los precios van desde S/. 31 y se aceptan tarjetas. Además, te dan un cartoncito para ir apuntando los panqueques que te comes y luego de un número determinado, te regalan uno. Al menos así fue la última vez que fui.

 

LA SUGERENCIA

 la foto (2)

Siempre es bueno sugerir. Agradeceríamos una versión más pequeña para cuando no tenemos tanta hambre ni tanta plata para comprar la completa. O quizá una opción más ligera para poder pecar sin tanto arrepentimiento.

Paola Miglio

Periodista de comida y viajes. Frívola. Obsesiva. Ansiosa. Twitter @paolamiglio / Instagram @paola.miglio